Cuando uno se empezaba a meter en el mundo del comic “para adultos” (solo un poquito) aparece esta joya y le reconcilia con todo el universo de superhéroes (sobretodo Marvel) con el que había crecido, porque los superhéroes también han crecido: se han vuelto “humanos”, dudan, sospechan, son necios, desconfian, aman y se traicionan...
Y a la hora de enfrentarse al mal, ese mal que no se puede identificar con un supervillano enmascarado, nos encontramos con las respuestas que cientos de personas han dado antes a lo largo de la historia de la humanidad, con las respuestas que han servido de base a la construcción de distintos sistemas políticos, a actuaciones que han cambiado el curso de la historia (para bien o para mal, quien lo puede decir) o a la falta de las mismas. Así, en Watchman nos encontramos:
- con el super-superheroe (quizás el único que pueda considerarse así de toda la historia) que se sitúa por encima de las cuestiones y dilemas de los hombres. Su actuación podría pararlo todo en cualquier momento, cambiar los acontecimientos en uno u otro sentido, pero decide no intervenir en ese mundo de hombres. ¿No intervenir?, no quiero contar la historia pero al final que cada uno juzgue si interviene o no.
- Con el superhéroe más inteligente de todos, más racional, , más educado, más brillante, que consigue el éxito en todo lo que se propone…y lo que se propone no entiende si los medios que utiliza son buenos o malos, son simplemente los necesarios para conseguirlo. El fin justifica los medios.
- Con nuestro adorado Quijote. Sucio, trastornado, violento…lo que está bien está bien y lo que está mal está mal, tanto da el fin que persigas, si haces el mal eres de los malos. Y allá va enfrentándose a lo imposible hasta las últimas consecuencias.
Para finalizar, una reflexión: la verdad de toda la historia acabará en manos de un “periódico” al que no podemos más , con mucha benevolencia, de tachar de panfleto, libelo o prensa amarilla. ¿Es cierto que la “verdad” siempre acaba triunfando?.
Proximamente
1 comentario:
Eu acho que a 'verdade' não costuma triunfar... embora a verdade dos que triunfam sempre se vê matizada, ainda que seja no anecdótico, pela verdade da gente, da 'arraia miúda' para a que escrevia o famoso cronista português Fernão Lopes... o qual por acaso sabia-che muito disto: de super-heróis e de verdades oficiais.
E não, acho que a 'história' nunca põe todos no seu lugar, provavelmente ninguém... mas ficam-nos as pequenas 'estórias', as que nos dão alimento...
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