La Regenta

Me trae mi hija un dibujo y no dejo de ver en esta preciosa princesa a la heroína de esta extraordinaria novela, Ana Orozco. Una heroína en medio de un mundo gris, no tan refinado como el que se desprende de las novelas de sus contemporaneos ingleses o franceses, un mundo de provincias que hace gala del nombre de la ciudad en donde se desarrolla la trama: Vetusta. Una heroina que vive una gran frustración porque las historias de amor de las que debería ser participe, las protagonizan unos necios, unos hipócritas, como la propia sociedad que les da cobijo y que los aupa a lo más alto.
Ha de saber lector, que en esta novela, aparte de sus cualidades literarias indiscutibles, podrás descubrir una parte de nuestra historia que parece olvidada, que parece enterrada en esa tonalidad gris que cubre todo lo que se refiere a nuestra historia en el siglo XIX, y a poco que este atento, podrá incluso explicarse muchas cosas de nuestra sociedad actual, de nuestro pueblo, de nuestra ciudad, de nuestro país...y todo ello llevado de la mano inmisericorde de Leopoldo Alas "Clarín".

Hasta aquí la novela.


Ahora el retrato,
y ahora la historia del retrato:

Después de creer sentir sobre la boca el vientre viscoso y frio de un sapo, nuestra heroína regresó a su casa sin grandes esperanzas. Quien le iba a decir que pronto conocería a ese caballero inglés tan apuesto y galán que se dejaría caer por Vetusta por error, y que antes de salir huyendo de tan triste ciudad se llevaría a nuestra heroína cogida de su brazo. Ana recorrerá el mundo entero, conocerá mucha gente, buena, mala, humilde, soberbia, pero sobre todo disfrutará de la amistad y del amor. Años más tarde, los dos enamorados, se intalarán en un pequeño pueblo de los picos de europa, en una hermosa casa con un gran jardín, donde serán muy felices... y donde no llegará nunca Vetusta.

Esta es la verdadera historia de Ana Ozores, una vez que finaliza la novela comienza su vida.Y de ello da fe este hermoso retrato.